Pequeño hotel con encanto en pleno antiguo barrio templario de la ciudad que nos transporta a una atmósfera de misterio y tranquilidad. Habitaciones muy íntimas que se recogen en torno a un patio del s.XVI, que vertebra todas las estancias y que actúa como núcleo de todo el edificio, muy típico de las casas toledanas. En la zona más antigua de la casa y que mejor conserva los vestigios del pasado, se ha convertido en bodega y en donde se sirven los desayunos. Desde la terraza panorámica en la planta superior, podrá contemplar espectaculares vistas de los atardeceres sobre los tejados de una ciudad dominada por el perfil de la catedral.
Cómo llegar: