Desde el siglo XVII, el edificio que hoy alberga el hotel ha sido el más importante de Imón. Una enorme casona señorial de gruesos muros de sillares y mampostería. El resultado de la transformación del edificio en hotel asombra al viajero por la originalidad de una restauración y recuperación de elementos ya existentes. La decoración, sorprendente por su clasicismo y la calidad de su mobiliario y obras de arte, evita la rusticidad excesivamente empleada en los alojamientos rurales de la zona. Escoger una habitación es como elegir un sueño. La habitación Carlos III, en la que pernoctó el monarca, es el reflejo de una época. Incluso uno puede trasladarse a Oriente con la habitación China. El Palomar, en una de las dos torres, nos recuerda el arrullo de las aves enamoradas.
Cómo llegar: